En México, son pocos los ejemplos exitosos de mejoramiento de condiciones de accesibilidad en centros históricos. No se ha conceptualizado la relación que hay entre las actividades cotidianas, el reconocimiento de la diversidad humana y la conservación del patrimonio. Tampoco se entiende que la accesibilidad es un derecho humano, encima de la estética y la priorización del monumento, ya que hay edificios antiguos que conservan sus usos originales y de afluencia diaria como los templos católicos, considerados a su vez recintos culturales ya que son contenedores de patrimonio, arte (bienes muebles) y practicas sociales con atracción turística. En Puebla, existe la experiencia de un proyecto participativo e incluyente de accesibilidad donde se involucraron a cinco inmuebles de interés patrimonial. Son templos históricos que forman un itinerario por su cercanía e importancia en el primer cuadro de la ciudad. En un primer tramo, están Santa Mónica, considerado un santuario que recibe a miles de fieles cada semana, el ex convento de Santo Domingo, donde se encuentra la capilla del Rosario, y la Basílica Catedral de la ciudad, conectados por la calle peatonal más importante de la ciudad, “La 5 de mayo”. Hacia el sur, completando la ruta, se localizan San Juan de Letrán, “El Hospitalito”, y La Soledad, con a su vez se comunican con el Museo Amparo. Todos los templos son antiguos, datan de los siglos XVI al XIX. Durante 2015 y 2016, a través de un trabajo conjunto entre autoridades locales, universidades y asociaciones civiles, además del apoyo económico de una entidad local municipal y otra internacional del gobierno chileno, se colocaron diversos elementos para la mejora de la accesibilidad, como rampas metálicas reversibles, y se intervinieron pavimentos en atrios y accesos. Hasta la fecha (2020), es un proyecto de alcance territorial para el beneficio de todos, no solo para las personas con movilidad reducida, que permite un desplazamiento autónomo y de fácil utilización, inclusive para aquellas personas que requieren ser asistidas por otra persona, ya que los porcentajes de pendientes en las rampas oscilan entre el seis y diez por ciento. La metodología desarrollada para abordar el trabajo fue mediante la incorporación de un equipo interdisciplinar, en este caso Re Genera Espacio, que difundió la importancia de reconvertir estos inmuebles patrimoniales en espacios accesibles, una acción promovida ante los custodios de los cinco templos, realizar un análisis diagnóstico de cada caso, desarrollar el proyecto y supervisar los trabajos con la finalidad de que cumplieran con las normativas y recomendaciones locales e internacionales. El proyecto fue recibido de buena manera por los custodios, después de un largo proceso de trabajo, así como por el resto de la población, lo que se refleja en un aumento considerable de personas con alguna discapacidad que acuden a los recintos, sean feligreses o turistas, y de otras personas con movilidad reducida que hacen uso de los espacios abiertos, como atrios y calles. Hacemos énfasis en que se requieren más intervenciones en otros espacios considerados menos importantes. Este es un primer paso hacia ciudades más accesibles, en este caso una zona histórica, que requiere intervenciones urgentes para crear redes de accesibilidad. El presente trabajo dio pauta a otros proyectos que se han venido desarrollando por parte del equipo, no solo con discapacidades motrices, también con personas con ceguera y debilidad visual.