Al paso que los textos críticos tradicionales afirman que los indicadores son una nueva forma de dominación del sur por el norte, las personas en el sur no experimentan estos indicadores como tales. En cierta forma, algunos movimientos sociales han usado el discurso que rodea a los indicadores para obtener capital monetario y simbólico. Este artículo analiza estos indicadores como una forma de resistencia, que desestabiliza la crítica tradicional del discurso. El caso de las Madres Comunitarias desarrollado entre junio de 2012 y febrero de 2013, muestra que los burócratas de la calle usan los indica- dores como un mecanismo de empoderamiento. Las Madres Comunitarias muestran una agencia no documentada que desarrolla la agenda feminista de ayudar a las mujeres, contrario a la agenda gubernamental que promueve la asistencia a los niños y las políticas de programas de infancia temprana. Whereas mainstream critical literature affirms that indicators are a new global form of North-South domination, people in the global south do not experience these indicators as such. In some ways, some social movements have used the discourse surrounding indicators to obtain monetary and symbolic capital. This article analyzes these indicators as a form of resistance, destabilizing traditional criticism of the discourse. The Community Mothers case study, developed between June 2012 and February 2013, shows how street-level bureaucrats use the indicators as an empowerment mechanism. The Community Mothers display an undocumented agency that develops a feminist agenda of helping fellow women, contrary to the government agenda that promotes childcare and the early childhood program policies. In this sense, the fieldwork undertaken portrays mothers and children as conflicting actors. Despite this, the social policy indicators hide this conflict reproducing the normative image that ideologically links mothers with their children.