El filosofo espanol Carlos Diaz aborda en este libro el interesante tema de la Templanza, que forma parte de una coleccion llamada “Virtudes” que alberga 10 titulos, todos escritos por el mismo. El libro se divide en dos grandes partes. En la primera, y en consonancia con otros de sus libros, hace un detallado y valioso recuento de una y mil situaciones y ambitos de la vida, donde se pone de manifiesto la necesidad de la templanza, justamente para identificarla, describirla y reconocer su pertinencia. Por ejemplo, desde la forma como nos relacionamos con los demas, la forma como hemos asumido el consumismo olvidando con ello a los que no participan de este dinamismo, la forma como la destemplanza alcanza nuestros hogares y se ha convertido en sistema social, hasta las multiformes situaciones de destemplanza para con los demas y para con nosotros mismos. La segunda parte, que incluye los dos ultimos capitulos, Diaz se enfoca en ofrecer un sin numerode consejos para no ser destemplados y lograr conquistar la virtud en cuestion. Para ello, hace uso de autores “clasicos” como San Agustin, San Juan Crisostomo, el teologo Joseph Pieper quien tambien ha abordado extensamente la cuestion de las virtudes, Aristoteles, Proust y hasta Octavio Paz. Sin embargo, las principales aportaciones vienen de el mismo, quien ofrece un amplisimo elenco de sugerencias, consejos, recetas y observaciones pertinentes al caso. Su forma de escribir y abordar los diferentes temas evita las definiciones y categorizaciones, mas bien usa elementos del metodo fenomenologico que gusta de la observacion atenta y aguda de los hechos y los fenomenos tal y como nos aparecen, para que desde ahi, el lector pueda ir obteniendo generalizaciones y conclusiones respecto de la verdad de la cuestion. En este sentido resulta muy util su acercamiento, pues ofrece tal vastedad de descripciones que es practicamente imposible no identificarse con varias de ellas, y asi se cumple la intencion de hacer que el lector puedas entirse parte del texto e impulsado a seguir sus sugerencias. El lenguaje es sencillo pero preciso, en muy pocas ocasiones se recurre a los tecnicismos, de modo que resulta en una lectura rapida y agradable, que no puede no entenderse. Muy propio de los moralistas axiologicos, el uso del vocabulario aparece riquisimo y lleno de formas que aportan mucha luz a las ideas, sin dejar de lado el particular modo de este tipo de autores, que por su forma recuerdan a Romano Guardini, Lopez Quintas, Zubiri, Gasset. Ponemos como muestra, este boton (pag. 116): “(…) los consumidores son consumidos por elconsumo que les consume; cuanto mas consumen, mas son consumidos.” Tambien encontramos autenticas joyas redactadas a modo de frases que golpean y contunden: “El «yo» destemplado busca lo «mio» a toda costa, cueste lo que cueste y pese a quien pese” (pag. 18), o bien: “El hombre superior ama su alma, el inferior su propiedad”. Al momento de ofrecer caminos para hacernos mas templados, enfatiza la sobriedad, la generosidad, la austeridad, el autodominio, la vida interior, la ternura y delicadeza, el correcto uso del lenguaje…No obstante, esta cuestion es la que nos parecio incompleta. No es dificil identificar las formas en que podriamos ejercitar la virtud de la templanza, lo dificil es obtener la energia necesaria para recorrer esos caminos. No basta conocerlos, hacer falta recorrerlos de hecho. Y esta es la cuestion que nos parece apenas esbozada. El texto no esta dirigido a los academicos que esperan una profundizacion tecnica del tema, sino mas bien, se dirige al gran publico, con el afan de tocar su interior y motivar una transformacion. Voltear la mirada a las vituperadas virtudes podria realmente abrir nuevos caminos para una mejor convivencia, una sustentabilidad de nuestra presencia en este planeta y un camino mas directo a la plenitud personal. [1] Catedratico de la Universidad La Salle Pachuca.