Este artículo, basado en el trabajo de campo realizado en áreas rurales del Alto Valle de Río Negro, Argentina, desde el año 1999, tiene como propósito presentar las relaciones en las cuales se insertan hombres y mujeres chilenas que residen y trabajan en "chacras" destinadas a la producción frutícola. Las diferentes actividades en las chacras se organizan según el sexo y la edad, definiéndose una segmentación del mercado de trabajo en la que se ven involucrados los diferentes miembros de la familia. Como desarrollaré, ser trabajadores chilenos en la fruticultura del Alto Valle de Río Negro reproduce una identidad étnica y nacional en el seno de la cotidianeidad familiar y laboral.This article, based on field work conducted in rural areas of the Alto Valle de Río Negro, Argentina, from 1999 on, analyzes the relations in which Chilean men and women who reside and work in small farms destined to fruit production are inserted. The different activities in the small farms are organized according to sex and age, circumscribing a segment of the labor market in which different members of the family are involved. As I will demonstrate, to be a Chilean worker in the fruit growing region of the Alto Valle is to reproduce an ethnic and national identity through work routines mediated by family relations.