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A lo largo de los años, la educación ha sido la piedra angular del progreso, permitiéndonos cultivar mentes, perfeccionar talentos y forjar caminos hacia un futuro mejor, Sin embargo, los contornos del aprendizaje nunca han permanecido estáticos; se han adaptado continuamente a las necesidades cambiantes de la sociedad, Ahora nos encontramos en una encrucijada, navegando en una era definida por desafíos y oportunidades sin precedentes,El libro que tienes en tus manos, Sembrando el Futuro: La Revolución en la Formación y Desarrollo de Competencias', es un tapiz tejido con los hilos de seis bloques distintos pero interconectados, cada uno de los cuales representa una faceta vital de esta revolución educativa, Juntos, pintan un cuadro vívido de un mundo en medio de la transformación,'

Las actuales necesidades del mercado laboral y de la sociedad hacen que los docentes de todos los niveles educativos tengan que replantearse su función, para adaptarse a esas exigencias sin perder la esencia de su actividad, Ciertamente, desde las Revoluciones liberales hasta bien entrado el siglo XX, el modelo educativo occidental apenas cambió, Su objetivo principal era poner fin a un analfabetismo generalizado, consagrando de esta forma el principio de igualdad y contribuyendo a la creación de una sociedad más homogénea según el ideal burgués, En este modelo, la memoria era fundamental por las dificultades de acceso a la información, y el principio de autoridad del profesor era algo incuestionable, En pocas décadas, sobre todo desde la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior en 1999, la estructura tradicional de la educación ha sufrido una transformación sustancial, en la que el discente ha pasado de ser un sujeto totalmente pasivo frente a las enseñanzas que recibía, a convertirse en el verdadero protagonista de su propio aprendizaje, Además del nuevo papel central del alumno en todo el proceso, la aproximación al conocimiento ha cambiado radicalmente en estos años,